agosto 01, 2006

"Dream Havana", de Gary Marks, Octubre 2006

“Dream Havana” es un filme de Gary Marks que relata la historia de dos cubanos: el escritor Ernesto Santana y el periodista Jorge Mota.
Mientras Santana escribe en calidad de marginado en su tierra natal, Mota se lanzó en una balsa buscando otros horizontes. Para el cineasta, aunque las dos historias parecen contrarias, ambos relatos tratan de la felicidad. El documental, grabado en Cuba, se encuentra en etapa de post producción y el director tiene planeado enviarlo "a todos los festivales posibles", nenos en La Habana y Miami.





Intérprete: Descember Bueno
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Nota publicada en el Miami Herald.com. Posted on Wed, Oct. 25, 2006. Dream Havana, el sueño de Gary Marks
By ARTURO ARIAS-POLO
El Nuevo Herald

Antes de convertirse en cineasta, Gary Marks era un anticuario de Chicago que no sabía qué hacer con su vida; pero una visita del célebre pianista cubano Chucho Valdés a la Ciudad de los Vientos cambió su rumbo para siempre.

''Fue durante el Festival de Jazz de 1998 cuando le manifesté a Chucho que quería estudiar piano'', dijo vía telefónica desde Chicago, ``también le comenté que me apasionaba la música cubana y estaba decidido a estudiarla en serio. Chucho me sugirió que fuera a Cuba y enseguida tramité mi viaje''.

Gary cerró su negocio y se lanzó a la aventura. Sabía muy poco de la Isla y apenas se comunicaba en español. Alguien le recomendó que llamara a Dora, una maestra cubana del Instituto Cervantes de Chicago para que lo enseñara, pero nunca asistió a clases.

Cuando ella se enteró de sus preparativos, lo invitó a su casa y le presentó a su esposo, el periodista Jorge Mota, con quien se identificó al momento y lo pertrechó de un cargamento de cartas para sus amigos habaneros.

``Mota no quiso prejuiciarme con lo que me encontraría en Cuba. Tampoco me dijo que había llegado en balsa a los Estados Unidos. Sólo me aseguró que enseguida aprendería español con Ernesto Santana, su mejor amigo, un poeta que no aparecía en las listas de escritores cubanos''.

Gary se hizo amigo de Ernesto Santana en cuanto llegó a La Habana. Conoció sus poemas y se espantó al ver la pobreza en que vivía. Lo que más le llamó la atención fue que nunca quiso abandonar el país y se empeñaba en hacer su obra en medio de las peores condiciones materiales.

Tal fue el impacto de ese primer viaje, que a los dos meses de andar husmeando los rincones de la ciudad, el anticuario regresó a Chicago y pidió un permiso para permanecer más tiempo en Cuba.

''Conseguí una licencia para estudiar producción de cine en la escuela de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba)'', recuerda, ``al mismo tiempo recibía clases de piano con el profesor Andrés Alen''.

Como no tenía dónde practicar, alguien lo puso en contacto con Agustina Castro, hermana del mandatario cubano, una mujer muy católica que vivía sin privilegios y para ganarse unos dólares alquilaba el piano que había dejado su ex esposo, el pianista Silvio Rodríguez Cárdenas cuando abandonó el país. Con el tiempo le arrendó una habitación de la casa.

Gary comenzó a tocar en conjuntos de jazz y otros de corte clásico. Gracias a la soprano Gladys Puig, descubrió el ambiente de los líricos en su peña del Teatro García Lorca.

''Fue en ese momento en que se me ocurrió hacer un documental sobre Alfredo Levi, un viejo profesor de música a quien le había comprado una colección de partituras muy valiosas''. Pero un día se enteró de que Ernesto Santana presentaría su novela Ave y nada en la Feria del Libro de Guadalajara de 2002. Luego supo que Jorge Mota --a la sazón un periodista reconocido con muchos premios en Chicago--, viajaría a México para reencontrarse con el escritor. Sin pensarlo, decidió registrar el encuentro de los dos amigos en territorio mexicano.

Así surgió Dream Havana, un documental donde Gary Marks reflexiona sobre la felicidad y el poder de elección de cada cual a la hora de aprovechar las oportunidades.

''Nunca me propuse hacer un testimonio político sobre la situación cubana'', explica, ``sólo quise contar la historia de dos personas que alcanzaron el éxito en circunstancias completamente diferentes''.

Con este fin, el realizador recurrió a las imágenes del período especial cubano en los años 90 para armar el telón de fondo donde Santana escribía en calidad de marginado, mientras Mota se lanzaba a la mar buscando otros horizontes.

''Lo que me fascinó de sus historias fue que los dos tomaron decisiones correctas'', recalca, ``mientras que el futuro periodista se montaba en una balsa en busca de lo nuevo, el escritor hacía un viaje por su interior. Mota es un hombre extrovertido. Santana no. Sin embargo, los dos han alcanzado la felicidad. Ese es el mensaje universal de mi trabajo''.

Según Marks, su desafío es dar a conocer la obra de Santana a nivel internacional por tratarse de un escritor que aún ''vive del aire'' y sigue siendo un marginal.

''La gente debe conocer su poesía y lo grande que es'', afirma.

La filmación de Dream Havana duró alrededor de cuatro meses. El pietaje donde aparecen los balseros y el ''maleconazo'' (las manifestaciones callejeras del 5 de agosto de 1994 en La Habana) lo obtuvo de los archivos de la ABC y del camarógrafo norteamericano Johnny Simons.

''`Dream Havana ha sido financiado con mis propios recursos'', aclara, ``ahora estoy en el proceso de post producción para enviarlo a todos los festivales posibles, aunque muchos amigos me dicen que no debo ponerlo ni en Miami ni en La Habana''.•

- aarias-polo@herald.com



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