agosto 30, 2005

El merchandising de Floricienta: un record de la industria del entretenimiento

La industria del entretenimiento lanzó para esta temporada de vacaciones de invierno una variada oferta de estrenos de películas y obras de teatro destinadas al público infantil. Pero la propuesta que sobresale por su éxito comercial es, por segundo año consecutivo, Floricienta. El salto de la exitosa tira de la pantalla chica a la sala teatral, fue acompañado de una estrategia comercial planificada por la producción de Cris Morena, donde el merchandising cobra un llamativo protagonismo.

Durante este pico estacional de ventas, el lanzamiento de los productos relacionados con Floricienta es impulsado desde la televisión y se canaliza a través de puestos ambulantes instalados en las cercanías del teatro Gran Rex, en Corrientes al 800, convirtiendo a este sector de la ciudad en una multitudinaria feria temática dedicada a la cautivante cenicienta porteña.

Los vendedores, estratégicamente apostados en las proximidades de la sala, demarcan un estrecho sendero peatonal por donde desfilan los miles de espectadores prontos a ingresar a la función. En el transcurso, suena un coro interminable de venta callejera que apuesta a los deseos de los pequeños decisores: ofertan marionetas de peluche que concretan piruetas en pocos segundos, revistas, álbums de figuritas, mochilas, fotos autografiadas por los stars, CD´s, posters, maquillaje, vinchitas, lucesitas, prendedores y una parafernalia de íconos alusivos a los personajes favoritos de la tira televisiva. El precio de los artículos parte de los $2.- y puede superar el valor de la entrada al espectáculo, que, según la ubicación, oscila entre los $20.- y $55.- .

Como resultado de la antesala obligada, el circuito cierra siguiendo la ley de la oferta y la demanda: cuanto más cerca se está del ingreso al teatro, más piden los niños y más aumenta el precio de los productos. A esta altura del recorrido, se registra la magnitud del emprendimiento comercial, al ver que los infantes –y también, los no tan infantes-, ingresan a la función luciendo los trofeos del merchandising recién adquirido. Los padres experimentan el precio de vivir, junto con sus hijos la ilusión de transportarse, por una vez, al mundo de carne y hueso de Floricienta.


Una multitud que atrapa

Se advierte a los peatones que más de tres mil personas colman los alrededores del teatro Gran Rex, previo a cada función. Si pasa por allí algún desprevenido, le tocará vivenciar algo que no figuraba en sus planes, como el de terminar atrapado en el tumulto.

Será empujado por la mutitudinaria procesión compartiendo el fervor de los fans de Flor. En ese caso, no se aconseja que intente escapar, porque forzar la huída le puede costar la integridad de sus prendas y de sus pies.

Con apretada resignación, se mimetizará con el público y avanzará, como uno más. Presenciará las plegarias infantiles que reclaman a sus padres un artículo de la serie televisiva y se interiorizará de los amores y odios que protagonizan los buenos y villanos de la tira.

¿Cómo puede terminar la historia del desprevenido transeúnte?. Superado el tumulto, se sentirá liberado y huirá de la zona. Pero, si tiene una hija o una sobrina, percibirá que no está exento de tener que volver al mismo sitio y en idénticas condiciones.

No se angustie, al menos, desde ahora, puede considerarse un experimentado habitante de la multitud de los fans de Flor.

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