noviembre 26, 2006

Los proyectos de Borocotó

El diputado nacional Eduardo Lorenzo "Borocotó" cumplirá un año de gestión parlamentaria. Tiempo suficiente para evaluar cantidad y calidad de proyectos de su autoría, especialmente si se tiene en cuenta que el legislador, unos días después de resultar electo por el PRO, en los comicios de 2005, desertó del partido que lo llevó a la banca para pasarse al bando oficialista, aduciendo que en el seno del macrismo se veía impedido de implementar las ideas innovadoras que tenía in mente

El cambio de arco del diputado, quien ni siquiera había asumido todavía su puesto en la banca, se convirtió para la opinión pública en un acto emblemático; a tal punto, que se incorporó en la jerga política el vocablo “borocotización” para definir todo aquello que se vincule con la deslealtad partidaria y la traición a la voluntad del electorado.

La seducción fue instrumentada por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, pocos días después de las elecciones de octubre de 2005. Se consumó en el ámbito de una tribuna de fútbol, en un partido donde jugaban Argentinos Juniors versus Racing. La situación simpática fue elegida por el ministro, quien invitó al flamante legislador para negociar el pase (político) del año. En ese contexto, ambos, fanas de Argentinos, sellaron la jugada a favor del campo de juego kirchnerista.

El pediatra saltó el cerco inspirado en una “sana vocación de colaborar”, porque “tenía muchas cosas para aportar en materia de salud”, según expresó el jefe de Gobierno, Alberto Fernández, cuando hizo público el inesperado pase político del flamante legislador.

Tras el escándalo, se discutió en la cámara baja la legitimidad de la asunción de Borocotó. Aunque la mayoría automática del oficialismo dió su voto positivo, el legislador quedó relegado a un bloque unipersonal denominado "Movimiento Independiente". En el portal de Internet de la Cámara de Diputados de la Nación se ofrece un menú de acceso a la página de cada integrante. Allí, el diputado Eduardo Lorenzo no expone su curriculum ni especifica el partido al cual pertenece, aunque sí aparecen sus proyectos parlamentarios.

Sus propuestas distan de las promesas creativas en materia de salud. Su labor legislativa no se diferencia del discurso mediático que lo hizo popular en radio y televisión: repitió el tono consejero sobre calendarios de vacunación, campañas de promoción sobre la prevención de enfermedades, como el cáncer correctal o el cáncer de próstata, o iniciativas contra la bulimia y anorexia, como la de prohibir en todos los medios de comunicación la difusión de aquellas mujeres “modelos”, cuyo peso corporal “no sea adecuado a su talla según las tablas médicas”. También presentó un proyecto sobre la obligatoriedad de “colocar disyuntores en todas las instalaciones eléctricas donde transite o se aloje público, sean estatales o privados”. Todas las iniciativas, con escuetas exposiciones de fundamentos, aún se encuentran en comisión.

Borocotó, antes de asumir, había anticipado a la prensa que iba a realizar un fecundo trabajo legislativo en la Comisión de Salud, su “fuerte”. “Es donde más puedo desenvolverme y aportar, sabiendo cuánto valgo y cuánto no valgo”, aseveró, agregando que estaba dispuesto a “recibir todo tipo de embates y discusiones”. Pero en 2006 los acontecimientos más salientes fueron las crisis hospitalarias, como la del Francés y el Clínicas, entre otros, donde no se conoce la intervención enérgica de aquel legislador que tenía tantas “cosas para aportar en materia de salud”.

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