febrero 12, 2007

Rolando Hanglin:"El periodismo es un circo, donde cada uno hace su número"

“El periodismo es un circo, donde cada uno hace su número. Está el payaso, el equilibrista, el mago, el director de pista… Este es un negocio y hay que saber hacer lo de cada uno, pero con arte”. Así respondió Rolando Hanglin a Hernán Firpo, de la sección espectáculos del diario Clarín cuando le preguntó: “¿Cuándo te diste cuenta de que el personaje del provocador iba a darte de comer tantos años?”.

"El circo", de Fedor Torres Monet


Rolando Hanglin se enrola como periodista, pero su verdadera labor es la de “conductor” radial de un programa orientado al entretenimiento, centralizado en su persona, en calidad de “personaje”, más que en el contenido periodístico. Aunque se percibe que su intención fue la de contar sobre qué se basa su éxito profesional, Hanglin cayó en una grosera definición de “periodismo”, al corporizarlo en una metáfora circense.

El periodismo en los medios electrónicos no logró proyectar una identidad concreta que lo defina. Se acepta que todo aquel que esté frente a un micrófono o una cámara relatando un hecho o realizando una entrevista es un “periodista”. Existe una confusión generalizada sobre la escencia y los valores de la profesión periodística a partir de la industrialización de los medios, y se asimiló la idea de que difundir una noticia es un ítem más en el trabajo de entretener.

Abunda la recreación de la noticia, en especial, en el medio televisivo, donde se explotan los recursos audiovisuales y el manipuleo de la información al servicio de la dramatización.

Un ejemplo extremo del tinte espectacular de la noticia son las producciones que teatralizan los acontecimientos. Se caracterizan por una estética lograda con imágenes difusas donde, si bien no se llega a distinguir la fisonomía real de los personajes, se perciben ciertos rasgos identificatorios que pretenden reflejar la realidad y esbozar la acción del suceso. El formato se completa con la intervención de un narrador en off y una música de fondo, para arribar a un contenido que cautive a la audiencia gracias a la transformación de los hechos en una producción novelesca. En síntesis, el valor de la noticia se desdibuja y el objetivo, en lugar de `informar´, es ´entretener`, a través de la ficción.

Desde ese punto de vista, la afirmación de Hanglin, "el periodismo es un circo", termina siendo franca, porque refleja una realidad. Puede interpretarse que se refiere al pseudo-periodismo con que los medios masivos suelen nutrir a la audiencia, donde participan actores, carismáticos modelos, conductores de televisión y hasta “payasos”, como él mismo describe.

Vale entonces la pena analizar la connotación que tiene la definición de Hanglin, y reconocer que se ha vuelto común que medios electrónicos sitúen al periodismo dentro de género símil circence:

“El periodismo es un circo donde cada uno hace su número”
Seguramente se refiere al show, nutrido de un staff dispuesto a exhibir gags y malabarismos espectaculares.

“Está el payaso…”
Uno de los personajes infaltables en el imaginario colectivo cuando se alude al espectáculo circense. Se lo ama porque es naif, y se lo celebra porque hace el ridículo: comete errores, dice y desdice, y los cachetazos que recibe causan gracia.

“…está el equilibrista”
Otro de los personajes característicos del espectáculo circense. En lugar del absurdo, como el payaso, su misión consiste en aportar clima de tensión. Lo protagoniza una figura elegante, estilizada y entrenada. Su imagen se asocia con el riesgo, el peligro, pero no da salto sin red.

“… el mago…”
Su habilidad gira en torno de la desaparición fugaz de objetos y realizar trucos para hacer creíble lo increíble. Su halo es misterioso y juega con la ilusión. Juega con una puesta en escena efectista para alimentar la fantasía: luces especiales, música, trajes, palomas, pañuelos, una vistosa muchacha que lo acompaña y la infaltable varita mágica.

“…el director de pista…”
Es el maestro de ceremonias. Presenta los shows y arenga al público. Agrega exitación y, por lo general, habla gritando.

“Este es un negocio…”
Porque vive de la adhesión, la presencia, del público. Sin raiting no va a ningún lado.

“(negocio) donde hay que saber hacer lo de cada uno, pero con arte”
La salvedad hecha, “pero con arte”, sugiere la afirmación de que debe realizarse “bien”, de manera digna, según los cánones del metier (circense).


NdR: la entrevista fue publicada en la sección Espectáculos, página 20, del diario Clarín, domingo 11 de febrero de 2007

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

en los 70 sí que era periodista! hay que releer las revistas Somos!!

Anónimo dijo...

Altri tempi... Lo habrá sido hace más de 30 años atrás. Hoy no, aún menos si considera que el periodismo es "como un circo".

Su rol en la radio se centra en otro papel, más cercano al de un conductor. Un calificado conductor, pero no periodista.

Periodismo es investigar, estar en el lugar de los hechos, contrastar fuentes, informar, etc.etc.

Aclaro dos cosas:
El hecho de que sea conductor de un programa radial, no lo desacredita como profesional de los medios. Simplemente, no es periodista (o no se le conoce ese rol en la actualidad).

Yo, tampoco yo soy una "periodista". Solo escribo y opino en un blog. Lejos estoy de la práctica profesional.

Cordial saludo, Mercedes