enero 07, 2008

¡Hágase la luz! (¿se hará?)

A menos de un mes desde la asunción del nuevo gobierno, la promesa del eslogan de la campaña presidencial de Cristina Kirchner, “El cambio recién empieza”, comienza a complirse: de ahora en más, aquel ícono que representaba la ocurrencia de una idea, la clásica lamparita incandescente, será suplido por el de un artefacto opaco y blanquecino de bajo consumo (eléctrico).

El destierro de la lamparita por la irrupción del feúcho reemplazante, más que un "cambio" de figuración visual de las ideas, se producirá a raíz de un “plan canje” implementado a último momento por el gobierno para paliar la situación límite en la que se encuentra desde hace años el sistema energético en todo el país. El operativo está a cargo del subsecretario de Coordinación de Planificación Federal, Roberto Baratta, quien se encargará de cumplir la maratónica misión de recoger en cada hogar dos bombitas tradicionales a cambio de la provisión de dos lámparas de bajo consumo (es de esperar que el funcionario haga honor a su apellido y así nos salga).

Según la agencia oficial Telam, se trata de “un nuevo paso” del gobierno nacional “en su objetivo de incrementar la oferta de energía” (sic). En resumen, aunque cambien la fachada icónica de las ideas lumínicas, por lo visto, continuaremos en la penumbra del problema energético: no se vislumbra algún plan de inversión y se persiste en la paradoja de tarifas residenciales reducidas que subsidian el consumo de los segmentos más favorecidos de la población.

Otros gobiernos, en lugar de evadir el problema, lo definen y afrontan: ”Es evidente en nuestro país la despreocupación de la ciudadanía en cuanto al gasto de electricidad dado los ínfimos precios de la misma”. Aunque parezca mentira, esta definición de corte capitalista la produjo Fidel Castro, en 2005, cuando dispuso el aumento de las tarifas para inducir el ahorro del consumo en la isla caribeña.

Voviendo al tema de la campaña de ahorro energético en nuestro país, se rumorea que una significativa cuota de las susodichas lámparas sería de origen cubano. Se trataría de un sobrante de mercadería que los chinos proveyeron a Fidel para paliar una crisis enegética sufrida en la isla de los habanos. La adquisición podría formalizarse a través un acuerdo de permuta. ¿Será por la deuda que Cuba viene acumulando con Argentina desde hace décadas, que hoy supera los dos mil millones de dólares?. Más de uno de nuestros gobernantes, en honor a su afinidad personal con el régimen castrista pretenden condonar a Cuba el 75% de la deuda, como versa la iniciativa parlamentaria encabezada por Miguel Bonasso. Esperemos que el nuevo ícono de las ideas no se inaugure con gratuitos favores hacia otros países, cuando todavía el nuestro vive una situación tan crítica que motivó una nueva prórroga de la ley de “emergencia económica” dispuesta por la presidente Cristina Kirchner.

Nota relacionada:
Un chiste: "Estamos derrochando una barbaridad de energía eléctrica" (Que Sueiro apague la luz)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con este plan quedamos bárbaro, en invierno veremos como se la ingenian para suplir las estufas por otros calentadores que consuman menos.

Habría que averigüar cuanto nos termina saliendo el negoción! (si es por el canje de deuda están totalemnte locos, en donde muerden los K ahí??)

(OtrosCantares de un) Ojo abierto dijo...

En la localidad de Tigre ya repartieron en 250 viviendas. ¡Estamos salvados!

Para invierno podrían repartir bolsas de agua caliente para calentar la camita

A dijo...

Hola: justo acabo de postear sobre este tema en mi blog.
¿Kristina no sabe que las soluciones mágicas no existen?.
saludos

Anónimo dijo...

¡ Salvo que tenga la lámpara de Aladino !
Saludos